Las bacterias, que son las células más pequeñas, sólo se pueden visualizar con ayuda de un microscopio. Las bacterias de menor tamaño (Chlamydia y Rickettsia) miden sólo 0,1-0,2 mm de diámetro, mientras que las bacterias más grandes pueden alcanzar varias micras de longitud. Una especie recientemente descrita es cientos de veces mayor que las células bacterianas promedio y se puede ver a simple vista. Sin embargo, la mayoría de las especies miden aproximada- mente 1 mm de diámetro y sólo se visualizan con el micros- copio óptico, cuya resolución es 0,2 mm. En comparación, las células de las plantas y los animales son mucho más grandes, y oscilan entre 0,7 mm (el diámetro de un eritrocito) y varios metros (la longitud de algunas células nerviosas).
Las células de los animales,
las plantas y los hongos son eucariotas (palabra de origen griego que
significa «núcleo verdadero»), mientras que las bacterias, las archaea y
las algas azul-verdosas son miembros de las procariotas (del griego
«núcleo primitivo»). Las archaea (arqueobacterias) se asemejan a las bacterias
en muchos aspectos pero representan un dominio único desde las bacterias y
eucariotas. Además de carecer de núcleo y organelas, el cromo- soma bacteriano
se distingue del humano en varios aspectos. El cromosoma de una bacteria
típica, como Escherichia coli, es una molécula única circular con dos
cadenas de ácido desoxirribonu- cleico (ADN), que contiene aproximadamente
unos 5 millones de pares de bases (o 5.000 pares de kilobases [kb]) y tiene una
longitud aproximada de 1,3 mm (es decir, casi 1.000 veces el diá- metro de la
célula).
Distinción macroscópica y
microscópica
La distinción inicial
entre las bacterias se puede realizar en función de las
características de crecimiento en distintos nutrientes y medios de
cultivo selectivos. Las bacterias crecen en colonias y cada una de ellas
equivaldría a una ciudad con un millón de organismos o más. La suma de sus
características condiciona los rasgos que definen a una colonia, como su color,
tamaño, forma u olor. La capacidad de resistir frente a determinados
antibióticos, de fermentar azúcares específicos (p. ej., la lactosa que permite
distinguir E. colide Salmonella), de lisar los eritrocitos
(capacidad hemolítica) o de hidrolizar los lípidos (p. ej., la
lipasa de los clostridios) se puede determinar también mediante el uso de
los medios de cultivo adecuados.
El aspecto microscópico,
incluido el tamaño, la forma y la configuración de los gérmenes
(cocos, bacilos, curvos, espirales), y la capacidad de captar
la tinción de Gram (grampositivos o gramnegativos) son
el principal modo de distinguir las bacterias. Una bacteria esférica,
como Staphy lococcus, es un coco, mientras que una bacteria en
forma de bastón, como E. coli, es un bacilo; el treponema que adopta
una forma serpenteante es un espirilo. Además, Nocardia y Actinomyces tienen
un aspecto filamentoso ramificado similar a estos hongos. Algunas bacterias
forman agregados, como los cúmulos a modo de racimos de uvas de Staphylococcus
aureus o los diplococos (dos células juntas) que se observan en las
especies de Neisseria o Streptococcus.
Las bacterias emplean un
ribosoma de menor tamaño, el ribosoma 70S, y en la mayor parte de las bacterias
existe una pared celular constituida por peptidoglucanos que rodea a modo de
entramado las membranas para protegerlas del entorno. Las bacterias pueden
sobrevivir y, en algunos casos, crecer en entornos hostiles, en los que la
presión osmótica en el exterior de la célula es tan baja que la mayor parte de
las células eucariotas se lisarían, con temperaturas extremas (tanto
cálidas como frías), en ambientes secos y en presencia de fuentes
de energía muy diluidas y diversas. Las bacterias han sufrido cambios en la
estructura y función para adaptarse a estas condiciones. La figura 12-1 muestra
éstas y otras características distintivas, que se resumen también en la tabla
12-1. Varias de estas diferencias son la base para la acción de los
antimicrobianos.
Clasificación Bacteriana
Las bacterias
grampositivas se tiñen de morado porque el colorante queda
atrapado en una gruesa capa de peptidoglucanos a modo de malla
entrelazada, que rodea a la célula. Las bacterias gramnegativas tienen
una capa de peptidoglucanos más delgada, que no retiene el violeta
cristal, de forma que las células se tiñen con la safranina empleada como contraste
y se ven rojas (fig. 12-4). Se puede establecer la
regla nemotécnica: «púrpura es positivo».
Dada la degradación de
los peptidoglucanos, la tinción de Gram no se considera fiable para
bacterias que están sin nutrientes (es decir, cultivos antiguos o en fase
estacionaria) o que han sido tratadas con antibióticos. Las bacterias que no se
pueden clasificar en función del resultado con el Gram incluyen las
micobacterias.
Diferencia metabólica,
antigénica y genética
Comentarios
Publicar un comentario